domingo, 28 de agosto de 2005

Salir a la mar

He iniciado esta nueva singladura empujado por vientos del sur. En el mascarón de proa, una sirena velará por el viaje. Con ella hablaré las noches de travesía. Ella será mi confidente y mi amiga, en esta mar, a veces calma, a veces hostil. ¿A qué puertos arribaré? ¿Qué navegantes se cruzarán en mi camino? Navego sin rumbo fijo. Sin destino.

3 comentarios:

it dijo...

¿Sabes? -Esta noche había una luna redonda, áspera y fría.
Te vi dormido -cansado del trabajo- y salí fuera a caminar. Me gusta hacerlo descalza, sintiendo esa arena húmeda y fina.
Las olas rompían monocordes, haciendo poca espuma, como respetando el silencio de la noche. Allá arriba, refulgían estrellas palpitantes entre algunas nubes.
Brillaban algunas piedrecillas cerca del agua, así que me senté, abrazando mis rodillas, a mirar las olas.
-Son incansables -Me dije- así tendría que ser yo, pese a todo.

Y pensé qué largo se hace el tiempo algunas veces.
Se levantó un viento ligero, olía a eucaliptos y alcanfor y desandé, sin querer volver, el mismo camino... en las sombras el armazón del barco, con la sentina terminada tenía un aspecto siniestro, amenazador...

-Pronto amanecerá- Pensé mientras sentía tomando la postura de mascarón, desde los pies, cómo me iba convirtiendo en madera.

Saf ;-))

Sin Destino dijo...

No volveré a dormir esperando verte caminar por la orilla de cualquier costa. Bienvenida a bordo.

it dijo...

thanks!....

Saf ;-))