jueves, 30 de marzo de 2006

Tiranía aceptada


"Los medios de comunicación masiva se han convertido en inmensos catálogos de publicidad, tendencias y reclamos. En tiranuelos de la imbecilidad de turno. Que se debe hacer, leer, decir, llevar, ser. Algo imposible, desde luego, sin la complicidad de los receptores del mensaje; sin el aplauso y refocile de las victimas incapaces del menor sentido crítico ante el modo en que se deforma la realidad para adaptarla a las tendencias impuestas o por imponer."

Arturo Pérez-Reverte

domingo, 26 de marzo de 2006

Noche grande con Bebo

Repasando la programación del Festival Internacional de música que celebran cerca de mi residencia habitual, ha venido a mi memoria la gran noche que disfrute hace ahora un año, gracias al maestro Bebo Valdés, que actuó como clausura del Festival.



Qué noche la del 18 de marzo de 2005!! Fue toda una experiencia poder escuchar a este veterano músico cubano, al que la fama y el éxito le han llegado en esta segunda juventud que parece vivir encima de un escenario. La sala, que normalmente interrumpe con aplausos a los artistas, mantenía un respetuoso silencio al final de cada solo que interpretaban. No por ser un público frio, sino porque era una delicia escuchar a Bebo Valdés al piano para seguidamente deleitarse con un solo del maestro Colina al contrabajo. Nunca había visto tanto talento junto encima de un escenario.

El repertorio que interpretaron incluía desde antiguos sones de Benny Moré (con el que Bebo tocó en el mítico Tropicana), pasando por canciones de Gershwin, y atreviendose incluso con el tema de la película "el cazador" que Bebo bordó. Puede interpretar lo que desee, porque tiene un talento y un alma que vuelca en el piano.

Está de gira por España con Bebo de Cuba así que no se lo pierdan. Yo estoy deseando volver a escucharlo y a vivirlo. Gracias Bebo por una noche grande.

jueves, 23 de marzo de 2006

"Antes que ver el sol"

Si te vas, se me va a hacer muy tarde
y además, solo intento cuidarte
ay cuando, mi vida cuando
va a ser el día que tu pared desaparezca


Fabriqué un millón de ilusiones
prisioneras que se hicieron canciones
ay cuando mi vida cuando
vas a cerrar tus ojos por mi


oooooooooo
antes que ver el sol
prefiero escuchar tu voz
oooooooooo
antes que ver el sol
prefiero escuchar tu voz


Si te vas para que regresaste
y además solo quise besarte
ay cuando mi vida cuando
va a ser el dia que tu pared desaparezca


Prefiero tu voz, prefiero tu voz
prefiero escuchar tu voz
antes que ver el sol
prefiero escuchar tu voz


Autor de la canción: Coti Sorokin

miércoles, 22 de marzo de 2006



¡qué pequeña es la luz de los faros!
de quien sueña con la libertad…


"Pájaros de Portugal" de Joaquín Sabina
Empezar de cero.
Volver a empezar de cero.
¿Cuántas veces se puede hacer?
¿Cuántas veces podemos huir de nosotros mismos?


definir. (Del lat. definīre).
1. tr. Fijar con claridad, exactitud y precisión la significación de una palabra o la naturaleza de una persona o cosa.
2. tr. Decidir, determinar, resolver algo dudoso.
3. tr. Pint. Concluir una obra, trabajando con perfección todas sus partes, aunque sean de las menos principales.
4. prnl. Adoptar con decisión una actitud.

Eso es lo que tengo que hacer: definirme.

"Trópico de cáncer" de Henry Miller


"Se puede vivir sin amigos, como se puede vivir sin amor, o incluso sin dinero, ese supuesto sine qua non. Se puede vivir en París -¡eso lo descubrí!- simplemente de pena y angustia. Amargo alimento: quizás el mejor que existe para ciertas personas."

"No es cuestión de disfraces" de Judit Mascó

Judit Mascó es modelo y miembro del Consejo Asesor de Intermón Oxfam. Este artículo fue publicado ayer en las páginas de opinión de "El periódico de catalunya". Reproduzco este artículo porque creo que en el se expresa con moderación y sin los aspavientos a los que nos tienen acostumbrados los políticos, la repulsa que yo también siento respecto a un comentario que hizo Eduardo Zaplana.



"He viajado en distintas ocasiones a Mozambique, país maravilloso donde tuve mi primera experiencia de voluntariado con Intermón Oxfam. Allí descubrí la grandeza del continente africano, sus gentes. Llegar allí por primera vez es experimentar sensaciones muy básicas, como los olores, los colores, otros ruidos, otras miradas de curiosidad, porque nos ven diferentes, porque vestimos diferente, porque nos movemos diferente...

Nunca olvidaré la bienvenida que nos ofrecieron en una de las visitas que hice con mis compañeros a una cooperativa rural de mujeres, al norte de Maputo. Cantaron y bailaron para nosotros, y me incorporaron al grupo de mujeres. Me cogieron de las manos, me dieron de comer, y participe de la hospitalidad y alegría de quien te lo está dando todo de corazón. Una muestra de su afecto fue ofrecernos sus vestidos y compartir sus bailes. Para nadie aquello fue un carnaval, todo lo contrario: se trataba de hacer nuestras las ofrendas de unas mujeres, motor de África, que poca cosa más nos podían dar.

Por ello, no puedo entender la falta de sensibilidad de algún político, que se ha mofado de eso. No hay mejor escuela en la vida que los viajes, y tal vez a esa persona le falte viajar y comprender a un continente como África. Saber y experimentar otras culturas te hace ser más sensible hacia costumbres diferentes a la nuestra. Y no creo que se trate de una cuestión de machismo hacia otras mujeres políticas, sino de no tener la capacidad de poder apreciar la hospitalidad de las mozambiqueñas hacia nuestras representantes."

martes, 21 de marzo de 2006

"Cartas a un joven poeta" de R.M.Rilke

París, 17 de febrero de 1903

Distinguido señor mío:

Su carta me ha alcanzado hace sólo pocos días. Quiero darle las gracias por su grande y afectuosa confianza. Apenas puedo hacer otra cosa; no puedo entrar en lo que son estos versos, porque estoy demasiado lejos de toda intención crítica. No hay cosa con la que pueda tocarse tan escasamente una obra de arte como con las palabras críticas: siempre se va a parar así a malentendidos más o menos felices. Las cosas no son todas tan palpables y decibles como nos querrían hacer creer casi siempre; la mayor parte de los hechos son indecibles, se cumplen en un ámbito que nunca ha hollado una palabra; y lo más indecible de todo son las obras de arte, realidades misteriosas, cuya existencia perdura junto a la nuestra, que desaparece.

Adelantando esta advertencia, sólo puedo decirle, además, que sus versos no tienen una manera de ser propia, pero sí son callados y escondidos arranques hacia lo personal. Con máxima claridad lo percibo en la última poesía, Mi alma. Ahí, algo propio quiere llegar a ser palabra y melodía. Y en la hermosa poesía A Leopardi crece quizá una especie de parentesco con aquel gran solitario. A pesar de eso, estos poemas todavía no son nada por sí mismos, nada independiente, ni aun el último y el dedicado a Leopardi. La amable carta que usted acompaña no deja de explicarme algunos defectos que noté en la lectura de sus versos, sin poder darle su nombre propio.

Pregunta usted si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí. Antes ha preguntado a otros. Lo envía usted a revistas. Los compara con otros poemas, y se intranquiliza cuando ciertas redacciones rechazan sus intentos. Ahora bien (puesto que usted me ha permitido aconsejarle), le ruego que abandone todo eso. Mire usted hacia fuera, y eso, sobre todo, no debería hacerlo ahora. Nadie puede aconsejarle ni ayudarle, nadie. Hay sólo un único medio. Entre en usted. Examine ese fundamento que usted llama escribir; ponga a prueba si extiende sus raíces hasta el lugar más profundo de su corazón; reconozca si se moriría usted si se le privara de escribir. Esto, sobre todo: pregúntese en la hora más silenciosa de su noche: ¿debo escribir? Excave en sí mismo, en busca de una respuesta profunda. Y si ésta hubiera de ser de asentimiento, si hubiera usted de enfrentarse a esta grave pregunta con un enérgico y sencillo debo, entonces construya su vida según esa necesidad: su vida, entrando hasta su hora más indiferente y pequeña, debe ser un signo y un testimonio de ese impulso. Entonces, aproxímese a la naturaleza. Entonces, intente, como el primer hombre, decir lo que ve y lo que experimenta y ama y pierde. No escriba poesías de amor; apártese ante todo de esas formas que son demasiado corrientes y habituales: son las más difíciles, porque hace falta una gran fuerza madura para dar algo propio donde se establecen en la multitud tradiciones buenas y, en parte, brillantes. Por eso, sálvese de los temas generales y vuélvase a los que le ofrece su propia vida cotidiana: describa sus melancolías y deseos, los pensamientos fugaces y la fe en alguna belleza; descríbalo todo con sinceridad interior, tranquila, humilde, y use, para expresarlo, las cosas de su ambiente, las imágenes de sus sueños y los objetos de su recuerdo. Si su vida cotidiana le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted mismo, dígase que no es bastante poeta como para conjurar sus riquezas: pues para lo creadores no hay pobreza ni lugar pobre e indiferente. Y aunque estuviera usted en una cárcel cuyas paredes no dejaran llegar a sus sentidos ninguno de los rumores del mundo, ¿no seguiría teniendo siempre su infancia, esa riqueza preciosa, regia, el tesoro de los recuerdos? Vuelva ahí su atención. Intente hacer emerger las sumergidas sensaciones de ese ancho pasado; su personalidad se consolidará, su soledad se ensanchara y se hará una estancia en penumbra, en que se oye pasar de largo, a lo lejos, el estrépito de los demás. Y si de ese giro hacia dentro, de esa sumersión en el mundo propio, brotan versos, no se le ocurrirá a usted preguntar a nadie si son buenos versos. Tampoco hará intentos de interesar a las revistas por esos trabajos, pues verá en ellos su amada propiedad natural, un trozo y una voz de su vida. Una obra de arte es buena cuando brota de la necesidad. En esa índole de su origen está su juicio: no hay otro. Por eso, mi distinguido amigo, no sabía darle más consejo que éste: entrar en sí mismo y examinar las profundidades de que brota su vida: en ese manantial encontrará usted la respuesta a la pregunta de si debe crear. Tómela como suene, sin interpretaciones. Quizá se haga evidente que usted está llamado a ser artista. Entonces, acepte sobre sí ese destino, y sopórtelo, con su carga y su grandeza, sin preguntar por la recompensa que pudiera venir de fuera. Pues el creador debe ser un mundo para sí mismo, y encontrarlo todo en sí y en la naturaleza a que se ha adherido.

Pero quizá, después de ese descenso en sí y en su soledad, deba renunciar a llegar a ser poeta (basta, como he dicho, sentir, que se podría vivir sin escribir para no deber hacerlo en absoluto). Sin embargo, tampoco entonces habrá sido en vano este viraje que le pido. En cualquier caso, a partir de ahí, su vida encontrará caminos propios, y le deseo que sean buenos, ricos y amplios, mucho más de lo que puedo decir.

¿Qué más he de decirle? Todo me parece subrayado como es debido: para terminar, sólo querría aconsejarle todavía que vaya creciendo tranquilo y serio a través de su evolución: no podría producir un destrozo más violento que mirando afuera y esperando de fuera una respuesta a preguntas a las que sólo puede contestar, acaso, su más íntimo sentir en su hora más silenciosa.

Ha sido para mí una alegría encontrar en su carta el nombre del señor profesor Horacek; conservo hacia ese sabio, tan digno de afecto, un gran respeto y un agradecimiento que dura a través de los años. Si usted quiere, le ruego que le exprese mis sentimientos; es muy bondadoso por su parte que todavía me recuerde, y sé apreciarlo.

Los versos que tan amistosamente me ha confiado se los devuelvo ahora. Y le vuelvo a agradecer la grandeza y la cordialidad de su confianza, de la cual, mediante esta respuesta sincera, dada según mi mejor saber, he tratado de hacerme un poco más digno de lo que, como desconocido, soy realmente.

Con toda cordialidad y simpatía,

Rainer Maria Rilke



Hoy, primer amanecer de la primavera.
Hoy, Día Internacional de la Poesía.

sábado, 18 de marzo de 2006

Lugares donde estar








En "Le pure café" de Paris, tomando un citron pressé con Julie Delphy.
















En "Brooklyn Cigars & Co." de Nueva York, fumando un sckimmel penninks con Auggie y el alter ego de Paul Auster.










En la fontana di Trevi de Roma, de fiesta y metido en el agua con Anita y Marcello.










En el bar del Park Hyatt Hotel de Tokio,
tomando un suntory
con la deliciosa Scarlett Johansson.

jueves, 16 de marzo de 2006



"En la escuela de la guerra que es la vida
lo que no te mata te hace más fuerte."

Friedrich Nietzsche

miércoles, 15 de marzo de 2006


"El único modo de soportar la vida
es engañarla en la búsqueda
de una felicidad que no existe".

martes, 14 de marzo de 2006

"La conjura de los necios" de John Kennedy Toole

Una gorra de cazador verde apretaba la cima de una cabeza que era como un globo carnoso. Las orejeras verdes, llenas de unas grandes orejas y pelo sin cortar y de las finas cerdas que brotaban de las mismas orejas, sobresalían a ambos lados como señales de giro que indicasen dos direcciones a la vez. Los labios, gordos y bembones, brotaban protuberantes bajo el tupido bigote negro y se hundían en sus comisuras, en plieguecitos llenos de reproche y de restos de patatas fritas. En la sombra, bajo la visera verde de la gorra, los altaneros ojos azules y amarillos de Ignatius J. Reilly miraban a las demás personas que esperaban bajo el reloj junto a los grandes almacenes D.H.Holmes, estudiando a la multitud en busca de signos de mal gusto en el vestir. Ignatius percibió que algunos atuendos eran lo bastante nuevos y lo bastante caros como para ser considerados sin duda ofensas al buen gusto y la decencia. La posesión de algo nuevo o caro sólo reflejaba la falta de teología y de geometría de una persona. Podía proyectar incluso dudas sobre el alma misma del sujeto.

Ignatius vestía, por su parte, de un modo cómodo y razonable. La gorra de cazador le protegía contra los enfriamientos de cabeza. Los voluminosos pantalones de tweed eran muy duraderos y permitían una locomoción inusitadamente libre. Sus pliegues y rincones contenían pequeñas bolsas de aire rancio y cálido que a él le complacían muchísimo. La sencilla camisa de franela hacía innecesaria la chaqueta, mientras que la bufanda protegía la piel que quedaba expuesta al aire entre las orejeras y el cuello. Era un atuendo aceptable, según todas las normas teológicas y geométricas, aunque resultase algo abstruso, y sugería una rica vida interior.

Cambiando el peso del cuerpo de una cadera a otra a su modo pesado y elefantíaco, Ignatius desplazó oleadas de carne que se ondularon bajo el tweed y la franela, olas que rompieron contra botones y costuras. Una vez redistribuido el peso de este modo, consideró el gran rato que llevaba esperando a su madre. Consideró en especial el desasosiego que estaba empezando a sentir. Parecía que todo su ser estuviera a punto de estallar, desde las hinchadas botas de ante, y, como para verificarlo, Ignatius desvió sus ojos singulares hacia los pies. Los pies parecían hinchados, desde luego. Estaba decidido a ofrecer la visión de aquellas botas hinchadas a su madre como prueba de la desconsideración con que le trataba. Al alzar la vista, vio que el sol empezaba a descender sobre el Mississippi al fondo de la Calle Canal. El reloj de Holmes marcaba casi las cinco. Ignatius estaba puliendo ya unas cuantas acusaciones cuidadosamente estructuradas, destinadas a inducir a su madre al arrepentimiento o, por lo menos, a la confusión. Tenía que mantenerla en su sitio.

viernes, 10 de marzo de 2006


"Ella, como cada día,
se levantará, y al instante,
deseará no haberse despertado."

Sue

Que cada mañana tenga ganas de levantarme.
Que cada mañana no sea como las últimas.

miércoles, 8 de marzo de 2006

Vergüenza


"Los inmigrantes subsaharianos que intentan dar el salto a Europa son los menos pobres de los pobres. Hay millones y millones que no se pueden ni mover, que se están muriendo de enfermedades que nosotros con una pastilla ya tenemos resueltas. Lo más importante en el mundo es poner un plato de comida a los más necesitados. Del resto, ya veremos. Lo que está pasando en África con las migraciones son los problemas reales: la pobreza, la falta de todo. Hay millones y millones de personas que no tienen nada."

José Saramago



Siento vergüenza de vivir en este mundo que permite que personas mueran de hambre.

Siento vergüenza que en Europa tiremos el dinero en pagar agricultores y ganaderos para que destruyan lo que producen.

Siento vergüenza de unos gobiernos que se movilizan bajo unos cascos azules, para detener guerras que ellos mismos han promovido, para desarmar a los mismos que ellos han armado, instaurando regimenes que no hacen más que perpetuar la situación, olvidando paises que agonizan porque bajo su suelo no tienen petróleo ni riquezas naturales.

Siento vergüenza de los medios de comunicación que solo se acuerdan de los pobres cuando no tienen noticias que dar.

Siento vergüenza de pertenecer a la misma sociedad que personas que cobran sueldos millonarios por darle patadas a una pelota, por especular con el dinero de los demás o por vender programas informáticos, y que no hacen nada por ayudar a resolver esta situación.

Siento vergüenza por no hacer nada para cambiar todo esto.

Siento vergüenza por no buscar un mundo utópico en el que todos tengamos derecho a unas condiciones dignas de vida.

Siento vergüenza incluso de escribir esto, porque seguramente soy el menos indicado para criticar de esta manera, pero es lo primero que me ha venido a la mente.

lunes, 6 de marzo de 2006

Noche de los oscars

Después de catorce años viendo la ceremonia de los oscars, es la primera vez que veo los premios tan repartidos; hay cuatro películas, con tres oscars cada una, siendo una de ellas la ganadora del oscar a la mejor pelicula: "Crash" de Paul Haggis.



"Crash" además de ganar el oscar a la mejor película, se ha llevado también el oscar al mejor guión original y al mejor montaje. Todos ellos merecidos. Para mi gusto, la mejor película de las nominadas.



"Brokeback mountain" ha ganado tres oscars: mejor director para Ang Lee, mejor guión adaptado y mejor banda sonora original. "Brokeback mountain" era la gran favorita, pero en una noche con los premios tan repartidos, no puede decirse que haya salido mal parada.



En el apartado de los oscars llamados "técnicos", la gran triunfadora ha sido "King Kong" de Peter Jackson, casi la única superproducción que se ha colado en esta entrega de premios, junto con "Munich" de Steven Spielberg. Se ha llevado los oscars a mejores efectos visuales, mejores efectos sonoros y mejor sonido.



Y una sorpresa ha sido "Memorias de una geisha", que ha conseguido llevarse los oscars a la mejor fotografía, mejor vestuario y mejor dirección artística. Es inegable la gran plasticidad de esta película de Rob Marshall.


Los oscars de interpretación han estado repartido en otras tantas películas: mejor actor para Philip Seymour Hoffman por "Capote", mejor actriz para Reese Witherspoon por "En la cuerda floja", mejor actor de reparto para George Clooney por "Syriana", y mejor actriz de reparto para Rachel Weisz por "El jardinero fiel". Dejando a un lado gustos personales, el único oscar que me chirría es el de Reese Witherspoon. Antes de dárselo a ella, ¿no se podría haber declarado el premio desierto?

viernes, 3 de marzo de 2006

Fotos del perfil

En apenas seis meses de existencia de este blog, he cambiado cuatro veces de foto en el perfil que preside el margen derecho de esta casa.


A veces los cambios son debidos a cosas que te hacen ver de ti mismo otras personas,



otras simplemente son debidos a cambios estéticos,



Y otras a cambios emocionales.



Pero podría ser que todos estos cambios tengan un transfondo. El que me cueste tanto encontrar una foto con la que identificarme, ¿será una manera de decir que no sé cómo soy?¿O será qué no sé como definirme?

jueves, 2 de marzo de 2006

"Yo no te pido" de Mario Benedetti



Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tú quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegará
y del presente
qué le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.